Era enero, lo recuerdo perfectamente porque mis pezones estaban duros como rocas, me pasa siempre que hace frio en Tenedor, según mi padre lo heredé de mi madre. Es una de las pocas cosas que heredé de ella, su expresividad facial era demasiado pedir.
Ahora mamá vive en Jacksonville con su nuevo marido, que es el regente de uno de los puticlubs más prestigiosos de todo el país. Mamá suele trabajar allí todos los dias para, según ella, "exhibir sus perfectos pechos nuevos", la cabronaza de ella se ha puesto una talla 100, vamos, para dejar bien claro que su hija está plana.
Ante mi escased de delantera, mi piel pálida y mi expresión de ladrillo estreñido, era de suponer que iba a estar a pan y agua, ya me había mentalizado para ello, antes de irme de Phoenix me habia tirado a todos los maromos del instituto para aguantar tal etapa de sequia sexual. Con lo que no contaba era con que ser "la chica nueva" en Tenedor era como ser Miss Mundo en el resto del planeta.
Las chicas de Tenedor, en mi opinión, eran mas sosas e insulsas que una barra de pan sin sal, especial una que se llamaba Jessica, si... Cuando llegué fué la primera que me saludó, fue algo muy extraño.
-Tu debes ser Isabella, ¿no?
-Si, bueno, mi nombre artístico es Isabella pero puedes llamarme Bella, como hace todo el mundo-sonreí con timidez-
Ella ya sabia mi nombre, debía ser una espia rusa que no habia visto la gran pancarta que había colgado la noche anterior que ponia: "NO ME LLAMES ISABELLA, QUE TE METO UN MEKO QUE TE REVIENTO, LLÁMAME BELLA"
-¡Oh! Si, lo siento. Bella. Yo soy Jessica -dijo, parecia como si intentase seducirme cada vez que abria la boca-, la capitana del equipo de animadoras y estos son Mike y Eric -me saludaron con un movimiento de cabeza, no podian hacer mas, tenian la boca abierta mientras contemplaban la magnificencia de mi cuerpo.Ya sé que no deberia ser tan egocéntrica, pero es que siendo yo, es imposible-.
El día transcurrió sin muchas novedades, todos se me quedaban mirando como diciendo "yo a esta la empotraba" hasta que a la salida del instituto vi a un maromo, se llamaba Jacob, me acuerdo porque se parece a Jacobo, que se parece a su vez a sanjacobo, y a mi me gustan los sanjacobos, mucho, están muy ricos, son chachis.
Estaba buenísimo, era moreno, parecia mulato, y a mi me ponian los mulatos. Llevaba una chaqueta de cuero y una camiseta ajustada que marcaba su tableta. Dios, que bueno estaba. Cuando me vio se le iluminó la cara, no sé cómo explicarlo, su cara hizo "POOP" y una sonrisa bobalicona apareció en su cara de malote empedernido. En ese momento le reconocí, ¡ERA EL HIJO DEL AMIGO GITANO DE MI PADRE!.
De pequeños solíamos pasar el dia juntos, jugando, descubriendo nuestra sexualidad, bañándonos en la playa, haciendo kung-fu... Vamos, lo que suelen hacer los niños de 8 años en verano.
-¡BELLS!-gritó,se bajó de la moto y vino corriendo con los brazos abiertos hacia mi-te he echado de menos-me espachurró entre sus brazos, mi piel, antes blanca lechal, estaba pasando a un tono violeta en un tiempo record, sus musculosos brazos me oprimian y me impedian respirar-.
-Jake... No... Puedo... Respirar -farfullé mientras le tocaba el culo disimuladamente, dios mio, ese hombre era un regalo de Dios-.
-¡Oh Bella!, joder, lo siento -me soltó- por lo que veo sigues aprovechando las oportunidades, ¡eh!-rió y me cogió la mano- anda, vamos, tengo una sorpresa para ti.
-¿Una sorpresa?-empecé a dar saltitos y a aplaudir como una niña-¿Qué es Jake? ¿Un pony?¿Un pez?¿ No será un cáctus eh pillin?-tenia una obsesión malsana con los cactus, me apasionaban, con todos sus pinchos y su verdosidad... De pequeña tenia una plantación de cactus en el porche de Charlie, era maravillosa-.
-Bella y el mundo mágico de los cactus -rió-. No te lo voy a decir, por muchos morritos que me pongas.
-Eres malo Jacobo, muy malo-puse pucheros-
-Anda Bella, ven -me agarró de la cintura y me llevo a hombros-.
-Si me lo pides así, no sé cómo puedo negarne Jake-me puso sobre la moto y me ató el casco. Era humillante, todo el instituto estaba mirándonos, creo que era porque pensaban que ya habia ligado el primer dia y encima el tio estaba bueno-
Tras tres largas horas de tocamientos furtivos y de "¡JAKE, DEJA DE HACER CABALLITOS QUE NOS ESCOÑAMOS!", llegamos a su casa y nos dirigimos hacia el garaje. Era tal y como lo recordaba. Todo lleno de herramientas, fotos mias haciendo el mono, periódicos y bocadillos, la única diferencia era que en vez de batido de fresa habia vodka, aquello era el paraiso.
-Jake, ¿y la sorpresa?, ¿dónde está? Dame, dame-empecé a hacer gestos de impaciencia con las manos-.
+Bells, tranquila- se metió la mano en el bolsillo de la cazadora, sacó un pequeño paquete de ella y me lo dió. En ciertas ocasiones creia que Jacob era tonto, esa era una de ellas. Habíamos ido corriendo hasta allí, pero él ya llevaba el regalo encima. Ese hombre me iba a volver loca, bueno, más de lo que estaba.-
-Jake, ¿Por qué tanta pri...-dije mientras abria el pequeño paquete. Era una llave. La llave de un coche- ¿qué voy a hacer yo con una llave? ¿Abrir una puerta a un mundo paralelo en el que existen vampiros llenos de purpurina?
-Tonta -retiró una sábana y apareció una roja, vieja y oxidada camioneta, pero una camioneta al fin y al cabo. Miró hacia mi y empezó a sonreir mucho-. Para ti, es tu regalo de bienvenida, la he arreglado yo con mis propias manos -comenzó a mover las manos como si estuviese cantando la canción de "cinco lobitos", todo muy siniestro-.
-Yo... Yo.... Yo no sé que decir Jake -salté a sus brazos y le di un beso en la mejilla-. Muchas gracias grandullón -mientras decia eso noté cómo sus manos se precipitaban peligrosamente hacia mi culo y cómo una sonrisa juguetona aparecia en su rostro-. Jake, ya sé que te encanta mi culo, pero no vas a conseguir que estrene la camioneta contigo -acto seguido me precipité hacia la camioneta. Olía a tabaco, porros, wishky y desodorante AXE. Dios, cómo me ponia ese olor-.
Cuando llegué a casa tenia todo el pelo alborotado, no había sido capaz de resistir la tentación y había estrenado la parte de atrás de la camioneta con Jake. Tuvimos que parar cuando una tal Leah entró en el garaje a lo "Ola k ase?" y nos cortó el rollo. Fue muy extraño. No paraba de mirarme como si yo fuese la persona más sexy del mundo, que lo era, pero no estaba acostumbrada a tal reacción por parte del género femenino. Cuando se dio cuenta de lo que ocurría, se disculpó con un "Oh dios... Esto.. Lo siento mucho... Yo no sabía que..." Y huyó avergonzada.
Charlie estaba en el porche con Manuela, su... Cómo explicarlo... Muñeca hinchable, llamémosla por su nombre. Bueno, pues él estaba sentado en el porche cuando llegué con la camioneta a casa, al parecer no era una nueva noticia para él. Odiaba esas cosas, que todo el mundo supiera algo antes que yo sacaba mi instinto salvaje, o bueno, ZARVAHE como decían en Arizona, a veces tenía la impresión de que les faltaba algo en la cabeza que les impedía ser normales.
Al caer la noche me di cuenta de que era de noche, si, lo sé, super increible. Además de eso, también me di cuenta de que me habia pasado la tarde cocinando y de que estaba llena de una sustancia pringosa marrón con olor a chocolate, vamos, lo que viene a ser masa para bizcocho de chocolate. Cuando me estaba quitando los restos de masa de la ropa, apareció Charlie por vigésima vez por la cocina para ver si ya había acabado de hacer la cena, ni que yo fuese su criada, colega.
Esa noche mi cactus y yo nos dimos amor antes de dormir, fue maravilloso.
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